miércoles, marzo 29, 2006

Relatividad a tiro de cañon


Hace dos días supimos que el papa de unas amigas de antaño, de cómo cuando tenia 10 años, se suicidó de un tiro en la cabeza. Lo encontraron en su local, tras pasar 24 horas buscándolo.

El tipo había comprado la pistola, y dejó su auto cerca de la armeria. De ahí se fue a su negocio y le dijo al guardia que cerrara con candado la bodega, por fuera, antes de irse. Cuando no llegó a casa en la noche, toda la familia, incluidas sus cuatro hijas, lo buscaron por todos lados.

Ya cerca del mediodia, el guardia decidió romper el candado, pues era el único lugar donde podría estar. Y aunque habían pasado por fuera de la bodega unas 20 veces, en la última oportunidad decidieron entrar, para descubrir el cuerpo del tipo, me imagino rodeado de un charco de sangre y una pistola cerca de su mano.

La víctima sufría depresión. Recuerdo que fue lo primero que pregunté cuando dijeron “el tio se suicidó”, como si eso dejara claro que era lo obvio a ocurrir, lo esperable, el final predecible.

Al tipo no lo conocía personalmente, aunque durante unos 20 años lo saludaba religiosamente cada vez que lo encontraba tanto de vacaciones como en alguna reunión o cumpleaños. Y no parecía suicida, aunque dicen que nunca lo parecen.

Si hay gente que opta por tales o cuales estilos de vida, con consecuencias importantes en su entorno ¿Por qué un suicida es considerado como enfermo? Los años y años de cristianismo nos han enseñado que la vida es lo único que tenemos (si es que), llegando al punto en que esa vida, y el concepto que la rodea, es una invención.
No tenemos idea si hay algo más, no sabemos si la familia tiene la importancia que le otorgamos. Hasta donde sabemos, puede que al cielo se llegue de la mano de la jihad, y sólo seremos realmente felices cuando demos nuestra vida por un bien superior.

Para muchos, el día a día es un verdadero infierno. Enfermos o no, el sacar un pie de la cama se transforma en un suplicio de marca mayor, ya se por problemas económicos, laborales, sentimentales o físicos. Y decidir terminar ese conflicto puede tener distintas demostraciones, ya sea aspirar adhesivo para PVC, meterse un destornillador en la sien (como en “Pi") o pegándose un tiro. Ambas opciones me parecen respetables, independiente de lo que pensemos nosotros, los aun mortales que seguimos en la misma.

sábado, marzo 25, 2006

Alta Fidelidad


A partir de hoy, este blog tratará, en muchas ocasiones, de cine y temas relativos al séptimo arte. ¿Porque? Pues porque es de lo que más me gusta escribir. Últimamente ando awevonadamente amargado por tonteras, y de cine puedo escribir de manera feliz aunque una peli sea horrible. Eso. Pasen, lean, vean y escuchen.




Rob Gordon: I will now sell four copies of "The Three EPs" by The Beta Band.
Dick: Go for it.
[Rob plays the record]
Beta Band Customer: Who is this?
Rob Gordon: The Beta Band.
Beta Band Customer: It's good.
Rob Gordon: I know.

De un tiempo a esta parte, el novelista británico Nick Hornby se ha transformado en una fuente inagotable de recursos para la producción cinematográfica. Y aunque su producción literaria llega a 9 libros, han sido tres los llevados a la gran pantalla.

Según el periódico “The Observer”, “no puedes más que llevarte bien con los libros de Hornby. Te miran fijamente a los ojos y, en voces que nunca se desvían de afectar, te dictan verdades sobre vidas que, si eres honesto, probablemente no son tan distintas a la tuya”.

Entonces, tomando matemáticas simples, si sumamos una buena novela de Hornby, y se adapta por un director que ha sido alabado constantemente por manera única de variar entre género y género, el resultado es, claramente, una cinta adorable.

“High Fidelity” (Stephen Frears, 2000) debe ser una de las pocas adaptaciones de novelas de culto que ha sido alabada de manera unilateral tanto por lectores como por cinéfilos. Frears traslada Londres hacia Chicago, y reemplaza a tipos flemáticamente británicos por John Cusak, Jack Black, Lisa Bonet, etc., todos personajes que podrían ser compañeros de curso o de la U.

Sin considerar los elementos fílmicos notables de “High Fidelity”, quizás lo que más llama la atención es que la música es demasiado buena. Y que los mejores momentos del filme tienen directamente que ver con citas, bandas o momentos discográficos, lo que da ganas de tener una tienda indie de discos, o una banda cool o, por último, amigos cercanos a eso. Un snob desagradable como Barry, o un flaco piola como Dick, o un socio cool como Rob, que puede vivir la vida haciendo Top 5’s sobre lo que sea de bandas y temas.

Frears sabe de cine y música. Hornby sabe de música y cine. Y los actores saben ser tipos cool. ¿Resultado? Una cinta lo suficientemente buena para agradar mucho, suficientemente piola para ser indie, y suficientemente popular para poder conversarse tomando vino, fumando, con“Dry the Rain” de The Beta Band, de fondo.


martes, marzo 21, 2006

Forget Paris


Estoy viendo “Antes del Atardecer” junto a la chica. Bueno, no junto a ella, puesto que estoy en mi pieza sin muebles y ella en su pieza de miles de colores, pero como vimos esta peli juntos en el cine hace un tiempo, parasicológicamente el asunto funciona.

A ratos, especialmente en mis momentos oscuros, no soporto el mundo de bondad. Me carga Bono y su interés en “purificar el mundo” y sus estadios, con su chaqueta con motivos nacionalistas de acuerdo al show de turno. Pienso en París y veo a jóvenes árabes quemando autos. Miro Londres y siento la ira de los hooligans. Me acuerdo de Barcelona y siento el olor de la bencina cuando quemaron a una anciana sin hogar encerrada en un cajero automático.

Pero también me encanta París en primavera, con una bella pareja recorriendo sus calles y hablando del mundo y del amor. Me gusta Barcelona, Montjuic y los pasajes enanos del Barrio Gótico. Me encantaría recorrer, recagado de frío, Londres en invierno.

En este segundo, me gustan los idearios perfectos. La familia de “El Padre de la Novia”, esas series de televisión donde la gente pareciera vivir del aire. En este segundo no soportaria ver “Irreversible”, con homosexuales sadomasoquistas violando a bellas mujeres como Mónica Belluci.

Es extraña la dualidad del cine. Alguna vez Alex de la Iglesia criticó a aquellos que se sentían inspirados por el cine de héroes, diciendo que a uno no le marcaban los grandes héroes, sino los perdedores, tipo Harvey Pekar. Mal que mal, es casi seguro que la vida de un niño de la Caleta Chuck Norris es más entretenida que la del arquitecto que vive con su esposa, ex modelo, y sus siete hijos, en un departamento de 500 mt2 en Kennedy.

Pero las vidas perfectas son eso. Perfectas. Y a todos nos gustan. Dudo que el motivo sea un facilismo tan obvio como “reflejamos nuestros deseos en esas vidas”. Es más. Como experiencia de vida, creo que es más interesante vivir la mierda que respirar el olor de las flores. En eso concuerdo con De La Iglesia. Prefiero tener de amigo a Harvey Pekar en vez de Bono.

En definitiva, preferiría ir a quemar autos con un perdedor que recorrer París en otoño con el bueno de Bono.

Ying yang, o su similar occidental.

martes, marzo 14, 2006

Exclusiva la weona

Martes, 12:30 aprox. Radio Tiempo

A: Bueno, vamos a poner el tema “guachunleru” del grupo “guachunlei”...
B: Ah, me encanta ese grupo. Tengo sus tres discos en mi Ipod
A: ¡Tráelo!
B. no, es que a ratos es muy jazz fusión y se pega...
A: Son buenos!
B: No es que a ratos es mucho jazz y pegao
A: Bueno, vamos con el tema.


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En el libro multiventas “No Logo”, Naomi Klein se queja amargamente de que en su barrio, zona portuaria de una ciudad de Estados Unidos o Canadá, se ha ido llenando de gente en busca de exclusividad, lo que ha llenado las calles de lo que antes era su propio y especial barrio.

La conversación que da inicio a este post tiene que ver directamente con ello. Esto es, el afán de algunos “lideres de opinión independientes” de mantener la exclusividad de sus “descubrimientos” culturales o sociales, otorgándoles características “extrañas”, “oscuras” o, derechamente negativas, para espantar a aquellos seguidores poseros que correrán a sus PC’s a bajar el disco respectivo, y que, a juicio de los dueños originales de la idea, no son dignos de escuchar tan especial pieza de melodía.

Lo mismo ocurre en el caso de Naomi Klein, que no desea que su vida se vea invadida por seres indignos que buscan lucir y vivir mejor. Es como el paraíso de “La Playa”, que cuando llegan los infieles, todo se va al carajo.

¿Cuál es la idea de mantener en secreto un buen grupo musical, o un buen bar donde carretear? Es como los tarados que te miran feo porque no te sabes tooooooooooooodas las letras del grupo al que estas viendo en vivo, lo que me ha pasado en diversas ocasiones.

No se la verdad cual es el objetivo de este post. Puede ser porque ando clitorico con ganas de quejarme, lo que ha ocurrido muy a menudo últimamente. También puede ser porque, a raíz de mi trabajo actual, he estado en contacto directo con muchos hijos de puta que te miran feo solo por ser el joven que lleva las facturas y productos. O puede ser porque no soporto al weon de ese programa de radio Tiempo, que por cierto, no volveré a escuchar.

O, simplemente, puede que sea que quiero un IPod con los tres discos de mi banda favorita, y mi deprimente trabajo no me lo permite.

En fin, debo terminar de escribir. Tengo que mandar unos CV’s y humillarme un poco más para poder ser el weon que se supone debería ser.

Suerte a todos.

jueves, marzo 09, 2006

Composición Mi Presidente



Me gusta mi presidente Ricardo Lagos. Me gusta porque hace deportes, porque jugó tenis con el Feña y el Nico y Don Francisco en la Teletón. Y ganó, porque jugaba bien. Debe haber jugado bien porque estudió en el mejor colegio del Chile, el Instituto Nacional. Y de ahí son todos secos y salen presidentes y gente importante.

Me gusta mi presidente porque defiende al trabajador, y desde joven atacó a la gente con mucha plata. E incluso es citado por un diario de Estados Unidos, el Times. Me gusta mi presidente porque aunque es super inteligente, es super normal, juega con sus nietecitos. Es sensible, como mi abuelito, y saluda a la gente en la calle y en las luces rojas. No es quebrado y se ríe de todo y con todos. Me hizo reír mucho cuando fue donde la Vivi y donde el Lucho Jara y al matinal del 13. Y por eso me gusta mi presidente.

También me gusta mi presidente porque aunque lo echaron del país, siempre quiso volver a Chile, para salvarlo de los malos. Y fue valiente cuando volvió, y siguió defendiendo a los pobres, aunque quisieron matarlo. Pero lo salvaron, porque el tenía que salvarnos a todos.

Me gusta mi presidente porque siempre sabe que decir. Lo sabe todo, sabe más que todos y se ríe de todos. Se ríe de los pobres que quieren hablar con el, pero al final los pobres se ríen con el y todos nos reímos cuando sale en la tele.

Pero también me gusta cuando se enoja. Y grita. Y echa a los jóvenes cuando los interrumpen, porque el sabe más de democracia que todos. El siempre supo más que todos. Incluso atacó, le levantó el dedo, y se rió del jefe de los malos. Al final ganó mi presidente.

Me gusta mi presidente porque gracias a él los buenos le ganaron a los malos. Me gusta mi presidente porque, aunque es mi héroe porque pudo recorrer todos los pueblos de mi país, es super normal.

Si. Mi héroe. Ojalá no se muera nunca y vuelva después de mi tía Michele. Porque así seguirá ayudando a los pobres, retando a los malos y riéndose de todos y con todos.

Mi presidente es mi héroe.

viernes, marzo 03, 2006

Evo Fashion


Soy nacionalista. Creo que hay que ganarle a Perú y a Bolivia en el fútbol si o si. Y aunque la opinión pública actual indique que debo odiar a todo aquello que implique orden, reglas y uniforme, le tengo estima a Carabineros y a las Fuerzas Armadas en general. Me gustaría decir que la raíz de todo esto viene de la historia republicana de Chile y toda es vaina, pero temo que, a fin de cuentas, sólo soy un facho que, según algunos, debe morir colgado en la Plaza de Armas. Supongo que, en ese aspecto, nací en el lugar y momento equivocado.

Lo que sigue tomó cerca de 5 minutos para comenzar a ser escrito. Y supongo que este retraso se debió a lo que podrían decir un par de amigos. Los que, cabe aclarar, se volvieron energúmenos cuando les dije que “no le compraba a Bono su rollo Sor Teresa”. Pero filo.

Hace un par de años, Evo Morales amenazó con hacer “la Guerra Civil” a Chile durante uno de los tantos conflictos internos que ha vivido Bolivia. Y antes de ser candidato presidencial, declaró en innumerables ocasiones que la única forma de establecer relaciones diplomáticas con Chile era si nosotros le devolvemos su acceso al Pacífico, argumentando que la raíz de todos los males del país altiplánico era su mediterraneidad.

Independiente de si el tipo es antichileno o no, dejando de lado el hecho de que cercanos a Ollanta Humala, precandidato presidencial peruano, han visto una opción válida de reivindicación marítima en una unión con Morales, e incluso olvidando que en Bolivia el discurso nacionalista está claramente lleno de odiosidades hacia Chile, me parece… me parece… me parece algo “extraño” que el PH, el PC y unas 400 organizaciones sociales vayan a rendir un homenaje al flamante residente de Palacio Quemado.

Si bien encuentro muy positivo para nuestros hermanos bolivianso que por primera vez en su accidentada historia tengan un presidente que representa a su mayoría, no puedo respetar a una bandera que transforma en crisis diplomática el que nuestro hiperventilado Lagos entregue un charango al bueno de Bono. Y lo mismo siento por Perú, que hace escándalos por el Suspiro Limeño.

Pero hay un tema que me molesta más, y eso tiene que ver con mi condición de ariqueño, y es el que estas organizaciones que homenajearán a Morales, junto a Tomás Hirsh, estiman positivo entregarle un pedazo de Chile a Bolivia, para que tenga su acceso al mar.

Claramente, estas organizaciones “humanistas” viven en Santiago y veranean en lugares como Viña, La Serena o Pichilemu, por lo que tienen escaso conocimiento de Chile, y menos del norte del país. ¿Sabrá Hirsh que terreno piensa entregar a Bolivia, sólo para complacer al aplaudido y viajado Morales? Me imagino que no la bendita franja al sur de la Línea de la Concordia, puesto que hay variados poblados chilenos que sobreviven en esa zona. ¿Y que pasaría con el límite marino? Porque también hay pescadores con cuotas mínimas de pesca.

Aclaro. No pretendo ir al Court Central del Estadio Nacional con pancartas ni nada por el estilo. Pero si creo que muchos de los que asistirán a dicho evento tendrán que morderse la lengua cuando Evo Morales, con su característico chaleco, decida cortar relaciones con Chile porque no le dimos el deseado trozo de mar, cuando su país vuelva a los problemas de siempre. Porque, a fin de cuentas, el cocalero no es el deseado Libertador de América, sino que un presidente más en un país con una fragmentada historia.