martes, diciembre 26, 2006

La (Hu)ida 2.0

Bueno chicos, me voy. De nuevo. Strike two. Partido de vuelta. Segundo aire. La “mañanera” y todas esas acepciones que remarcan una segunda oportunidad en la vida.

Hace exactamente un año, mis pasajes decían “Santiago – Barcelona – Santiago”. Esta vez, para el 1 de enero, los dados apuntan un poco mas lejos, 6 horas y como 1.500 dólares mas.

¿Por qué? Quien sabe. Primero, porque quiero. Mi vida ha sido cambiarme cada dos años, en promedio, de casa, barrio, ciudad o región, y supongo que ya me pican las patas de estar, casi seis años, en Santiago. Aparte que la oportunidad esta ahí, pues en mi caso no ha significado un gran sacrificio monetario esto de largarme de cuando en cuando, y esta no es la ocasión, aunque el destino sea la apartada isla de Nueva Zelanda, el costo personal ha sido como el 30 por ciento del valor total del viaje, visa de trabajo incluida.

Pero el tema no es el porque me voy, sino el por que diablos no me quedo. En esto, y no quiero que suene a escarnio publico, un elemento clave ha sido la mujer que amo. La misma que deje en Stgo. el 2005, y que, de no mediar alguna desgracia (o bendición) mayor, dejaré nuevamente en esta gris capital que he aprendido a querer de a poco.

Y es que es difícil explicar esto de cometer la misma “estupidez” en un año, pero no creo que le deba alguna explicación a nadie mas que a ella. Y vaya que ha sido incomodo cada puta vez que tarados dicen cosas como “y la vas a dejar sola???”, para poner la sonrisa de idiota y decir “si pus, la pucha, pero hay cosas que ni que”.

Es que al final es eso. Y si por A, B o C motivo tuviera que volver rapidito (como lo hice desde la ciudad condal hace un año), encantado estaría de seguir con ella, trabajar acá y hacer todo lo que se supone uno debe hacer cuando ama a una mujer. Pero acá entra la otra mitad de la ecuación.

Si voy a estar con la mujer que amo, quiero que sea bien, sin compartir pieza en la casa de sus o mis padres. Si vamos a tener hijos, que ojalá tenga una pieza para el, para que aprenda a ser independiente. Y aunque todo eso podría tenerlo ahora, como muchos conocidos lo tienen, antes de eso quiero recorrer un camino profesional. Y te juro que terminado eso, llevaremos a cabo los planes que algún día trazamos juntos.

Porque si te amo, aún te amo, y de seguro te seguiré amando, pues esta nueva ida, huida, escape, viaje o como quieras llamarlo no altera en nada lo que hemos vivido. Puede que retrase un poco el futuro, pero dos años en el marco general de la vida es nada. Espero refregártelo en tu cara en unos años mas.

lunes, diciembre 04, 2006

la eterna dis-puta (y que puta)

Me da la sensación de que todo esta rancio. Todo es viejo. Todo lo he escuchado anteriormente. Otro viaje clave en mi vida, mi general/ el dictador, que se vaya el DT de turno, endiosamiento del pueblo y un largo etcétera. Bueno, no tan largo tampoco, pero lo suficientemente largo como para querer largarme luego.

Ahora, esto no significa que todo lo que me rodea me inste a tomar el avión el 1 de enero con una sonrisa en la boca. Amo a la mujer que me ama, y aunque no concordamos en la lógica del viaje, al menos creo que ella entiende el motivo, mas profesional que personal. Aunque no se si tengo ganas de hablar del viaje.

Si alguien vio “Antes del amanecer” y “Antes del atardecer” así como de corrido, o al menos se acordó mucho de la primera viendo la secuela, podrá entender el concepto de “hipocresía”. Así como que pasa el tiempo y te vas dando cuenta de que tu entorno no era tal, y que, al final, los malos ganan. Pero tampoco tengo ganas de hablar de eso.

Quizás ha sido un año “lumínico” en ese aspecto. Así como que la vida te abrió los ojos mediante un cachetazo bien dado, ese con una mano enorme en la nuca de una brillosa pelada. Y lo peor es que la despedida de mi estadio no fue de las mejores. Horrible vergüenza de color verde, mientras me veo escuchando a mi amigo, novia y familiares hablando maravillas de la mentira de tinta y papel que es el Colo. Pero tampoco quiero hablar de eso.

La verdad es ni siquiera se que quiero hacer en este segundo. Ando como apático. El ocio me puso aweonao y mis planes se basan en besar, abrazar y fumar con mi polola. No tengo plata ni actividades paralelas, salvo, obviamente, el trabajar en mi portafolio, en DVD, con menú animado y toda la estupidez que he rehecho unas dos o tres veces. Pero ahora si que lo termino, porque esta vez... tampoco quiero hablar de eso.

No tengo ganas de hablar de nada porque, básicamente, me aburrí de estar explicándole al pie izquierdo el motivo de porque debo subir el pie derecho al escalón siguiente. A veces peleo con mi novia por el motivo de porque hago lo que hago, y el argumento final de ella es que, básicamente, quiero seguir siendo un pendejo. Pero cuando me acuerdo de que nunca viví la “edad del pavo”, de que no consumí marihuana hasta los 22 y alcohol a los 18, como que me doy cuenta de que, en estricto rigor, no he vivido esas etapas porque en efecto sigo siendo un pendejo, aunque todo acaba cuando argumento a favor de los pasos a seguir para ser un tipo maduro. Es como el ying yang interno que se creen mafiosos peleando en una muy agradable secuencia de baile de “West Side Story”.

Y, en estricto rigor, como que esa cancioncita me tiene chato. A lo mejor irme a NZ es como escapar de esa wea, con la probabilidad de ganar mas plata y trabajando en lo que me gusta. Pero ya empezamos a argumentar de nuevo. Y así pasan los días.