domingo, noviembre 19, 2006

Resentido (y a mucha honra)

El otro día leí una entrevista al recién electo presidente de la Fech, Giorgio Boccardo (que buen nombre), y uno de los líderes del Movimiento SurDA (así debe escribirse. Le llaman “posmodernismo”), facción aparentemente mas izquierdista que la izquierda misma, y que busca refundar ideales tan tocados, violados y retocados, como la solidaridad y la esperanza.

De buena a primeras, uno puede esperar que a Giorgio le moleste el titulo “líder”, pues de inmediato se jacta de la superioridad que su movimiento busca (o pareciera) erradicar. Entonces, líder no es la idea. Sin embargo, tiene sitio web con su nombre en la url, con una enorme foto de primer plano de su rostro, otra en blanco y negro bien fotochopeada, y otra en Bolivia. El texto en si, mucho “re ocupado, re interesante” todo en re, pero se destaca el énfasis en descartar la asociación con la “izquierda” tradicional. Dice así:

“Nunca ha sido para mí un ideal de izquierda el comunismo. Tampoco es un gran tema preguntarme qué tan de izquierda soy. Me siento más al lado de la tradición autonomista, si eso se aglutina al lado de la izquierda, muy bien, pero no cargo con un lastre. No reniego de la izquierda pero no es un tema defender cuán de izquierda soy. Como izquierda amplia nos levantamos a la Fech yendo desde los problemas locales a lo macro, más que desde la idea de ser más o menos de izquierda.”

De ahí en mas, el tipo se lanza en contra de todo lo que parezca autoridad, ya sea de orden (Carabineros, Investigaciones), educacional (PUC, Adolfo Ibáñez). Critica las luchas universitarias de antaño, y cuestiona el “por qué la U. de las Américas, que tiene a muchos estudiantes de escasos recursos, es más privada que la UC”.

Ahora, no me malentienda señor lector. Entiendo que en estos tiempos ser medio facho esta out. Se que creer en el libre mercado, en la diferenciación de clases, razas y sexos y en, básicamente, todo lo que huela a Pinochet, significa recibir miradas de desprecio de parte de la elite cultural izquierdista, esa que lee “The Clinic” y se jura una nueva versión de El Che, el mismo de las poleras rojas que hoy vemos en tantos traperos de Chuchunco, Pelotillehue y Cachiyuyo. Pero me da lo mismo, pues me voy en menos de dos meses y no voy a tener que soportar en incierto tiempo a tanto hipócrita con olor a paragua e ínfulas de Subcomandante Marcos. Pero hay una cosa que no soporto de estos tarados, y es lo siguiente.

La apropiación de conceptos universales. Es como si todos los intentos anteriores de mejoramiento social valieran hongo porque no funcionaron, o porque no lo hacen tan rápido como debería. Hablan de “espacios comunitarios de discusión” como si no existiesen, pero se olvidan de algo: la gente inculta no discute, acata. Y no existe tal cosa como la masificacion cultural, pues nunca, en la historia de la humanidad, ha habido tal. Y eso no es por el “Gran Hermano” que vigila, ni por la Noche Oscura de Portales. Esto es, simplemente, pues por muy izquierdista que seas, siempre serás humano. Y eso significa querer ser mas. Mas que tu vecino, mas que lo que eras antes. Si no es plata, será otra cosa, pero la competencia es básica para el avance del ser humano. De otra forma, hay un status quo que a nadie le conviene. Pregúntenle a esos que siguen “firmes con el pueblo”, los de la famosa revista chilena mencionada en Gatopardo, por que diablos su llamado pasquín vale lo que vale. Hay otros ejemplos que otras revistas progresistas que, en un formato gráficamente in, con papel couche, barbudos escritores, y textos inteligentes, venden su revolución a 2.400 pesos el ejemplar. Sin mencionar la boutique estratégicamente ubicada en el barrio Forestal, el mismo donde vive la Pampita con el Benja, el Opera la lleva, y que se transformó hace una semana en “gay friendly” (¿?).

Puede que todo esto sea facho, pero al menos no ando vendiendo pomadas revolucionarias para después olvidarme de lo que estaba hablando, con resaca de cocaina, extasis y whisky de 12 años. Nunca se olviden que los que efectivamente cambiaron Chile, esos que botaron a Pinochet después de 17 años de sangre, sudor y lagrimas, los que si lograron algo, son los mismos que hoy son Gobierno.

Después de todo, mientras la derecha busca desconectarse de su pasado, la nueva izquierda busca tapar el presente, que no huele bonito.

martes, noviembre 07, 2006

Asi de feliz

La verdad es que apenas salí a fumarme el cigarrillo de rigor, esperando la nota final, sabia que algo había andado mal. Primero, en Legislación di bote (Lo se Paz, nunca nos juntamos). Después, cometí dos errores claves en actualidad. Uno, sobre un tema importante de día. El otro, defender a rajatabla la responsabilidad política en el Caso Chiledeportes y en la renuncia del ministro Zilic, en contra de la responsabilidad técnica en el caso de las guaguas intercambiadas, todo en base a un dato que tenia mal, que claramente me lo hicieron saber, y al cual yo respondí con un mediocre “Oh, es verdad”.

Con esa info, solo debí reingresar a la sala a pedir nueva hora y agradecer por el tiempo perdido del facultativo presente. Pero como una mujer despechada, me quede esperando la humillación de escuchar, en una misma frase, las palabras “deficiente”, “error grave” y “lo sentimos”, siempre con el rostro acongojado de mis profesores. Supongo que hasta ellos esperaban que pasara el puto test.

Pero no. Al final fue un 3,0 merecido.

¿Qué significó eso? Pues nada. De buenas a primeras, ese fin de semana no me salio nunca la mano de macoña; fui a los Beastie Boys y el show en general estuvo tan malo como mi examen del viernes; y en el estadio dominical nuevamente Selman dio jugo para transformar un bonito espectáculo balompédico en un show de penales mulas, para tristeza de su servidor, que esperó media hora en el codo sur para irse al auto y acostarse hasta nuevo aviso.

¿Con respecto al futuro? Nada mucho tampoco. Las reglas dicen que tengo que esperar 60 días para dar el examen de nuevo, pero eso ya es el próximo año. Y nada me dice que no pueda encontrar un dream job y quedarme ahí hasta el fin de los tiempos. Estuve un año completo esperando para dar este examen en trabajos mal pagados y siendo una especie de lastre para el resto. Y si bien no quiero que mis 28 años signifiquen nada con respecto a madurez, si quiero salir ya de la wea de U.

Si paso el obstáculo o le hago el quite no esta aun definido. Lo que esta claro es que, haga lo que haga, no voy a transformar este paso en el mas importante de mi vida. No lo es ni lo será nunca. Ni de cerca.
Hoy, estoy feliz y quiero pasarlo bien.

miércoles, noviembre 01, 2006

Examen de Grado (Feat. Nujabes)