martes, marzo 21, 2006

Forget Paris


Estoy viendo “Antes del Atardecer” junto a la chica. Bueno, no junto a ella, puesto que estoy en mi pieza sin muebles y ella en su pieza de miles de colores, pero como vimos esta peli juntos en el cine hace un tiempo, parasicológicamente el asunto funciona.

A ratos, especialmente en mis momentos oscuros, no soporto el mundo de bondad. Me carga Bono y su interés en “purificar el mundo” y sus estadios, con su chaqueta con motivos nacionalistas de acuerdo al show de turno. Pienso en París y veo a jóvenes árabes quemando autos. Miro Londres y siento la ira de los hooligans. Me acuerdo de Barcelona y siento el olor de la bencina cuando quemaron a una anciana sin hogar encerrada en un cajero automático.

Pero también me encanta París en primavera, con una bella pareja recorriendo sus calles y hablando del mundo y del amor. Me gusta Barcelona, Montjuic y los pasajes enanos del Barrio Gótico. Me encantaría recorrer, recagado de frío, Londres en invierno.

En este segundo, me gustan los idearios perfectos. La familia de “El Padre de la Novia”, esas series de televisión donde la gente pareciera vivir del aire. En este segundo no soportaria ver “Irreversible”, con homosexuales sadomasoquistas violando a bellas mujeres como Mónica Belluci.

Es extraña la dualidad del cine. Alguna vez Alex de la Iglesia criticó a aquellos que se sentían inspirados por el cine de héroes, diciendo que a uno no le marcaban los grandes héroes, sino los perdedores, tipo Harvey Pekar. Mal que mal, es casi seguro que la vida de un niño de la Caleta Chuck Norris es más entretenida que la del arquitecto que vive con su esposa, ex modelo, y sus siete hijos, en un departamento de 500 mt2 en Kennedy.

Pero las vidas perfectas son eso. Perfectas. Y a todos nos gustan. Dudo que el motivo sea un facilismo tan obvio como “reflejamos nuestros deseos en esas vidas”. Es más. Como experiencia de vida, creo que es más interesante vivir la mierda que respirar el olor de las flores. En eso concuerdo con De La Iglesia. Prefiero tener de amigo a Harvey Pekar en vez de Bono.

En definitiva, preferiría ir a quemar autos con un perdedor que recorrer París en otoño con el bueno de Bono.

Ying yang, o su similar occidental.

7 Comments:

At 1:36 a. m., Blogger petunia said...

...mmm...despues de mi estadia en La Pintana y en el P.1 creo que prefiero a Bono. Duermo mas tranquila.
Un abrazo!

 
At 12:48 p. m., Blogger Kathy_C said...

Pero es que la vida no es como en las películas. Si algún día eso pasa, será el fin del cine. De hecho, la sensación que genera el ver cineenelcine -pantalla tan amplia como para envolverte, sonido ídem, silencio y oscuridad total alrededor- pretenden lograr que te metas tanto que olvides tu vida. Pero un puro rato. De hecho, las películas no duran toda una vida, salvo aquellas que uno recuerda constantemente.

En fin, me desvié. Es que me gusta el cine =). Sin duda, el tema es otro. Pasa un poco por darse cuenta de que las vidas perfectas y sus reflejos son ficticias. "El pasto siempre se ve más verde desde la vereda de enfrente" y eso es innegable.

Al final, si es por estar en París, me da lo mismo si es con Bono o con un amie loco que queme autos.

Saludos, señor. Se le lee siempre.

K.

 
At 11:00 p. m., Blogger danisti_k said...

no me gustan los extremos yo creo que el equilibrio de ambos es lo mejor, además creo que la vida perfecta que muestran algunos son lo que quieren reflejar. Ojo que las apariencias engañan y más para un artista como bono que ya esta ultra catalogado de paz y amor.

saludos y wea

 
At 4:37 p. m., Blogger Kathy_C said...

Ya respondi-í... en mi blog, claro está.

 
At 6:26 p. m., Anonymous Anónimo said...

El fenómeno del cine es sin duda el mejor "placebo" que un humano puede pedir, porque en dos horas logras introducirte en las historias de otros, viviendo panaceas o desgracias sin precedentes. Por lo tanto, cuando prenden las luces y se acaba la función, te das cuenta que tu vida tiene de dulce y de graz pero en dosis bastante menos empalagosas. Por lo tanto, pasear con Bono o un terrorista iraquí no está en el panorama de mi fin de semana... too much for me :)

 
At 10:59 a. m., Blogger MartinaMartinez said...

Las vidas perfectas no existen, ni siquiera en películas, esas tienen finales felices o finales perfectos, nada más.

Yo podria pasear con ambos de la mano el mismo día...jajaja
La gracia es la diversidad, creo yo....entre mis amistades hay una jungla tan extraña de seres, que usualmente no los puedo juntar porque queda el caos....

A mi sí me gusta el mundo de la bondad....aunque no en extremos, hay ejemplos que llegan a ser una enfermedad :P (o puro poserismo, como bono)

 
At 11:07 p. m., Blogger Tam! said...

yo escucho human league en mi pieza casi vacia, el escucha human league y se conecta... pero a internet

 

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