miércoles, noviembre 23, 2005

La bella espina


Fue un error. De ambos, supongo, pero más mío. Mío porque sabía que significaba el evento. Mío porque sabía el valor de aquel momento. Pero también de ella, que no le otorgó la importancia que merecía. De ella porque no calculó bien el momento en que llegaba. De ambos, supongo.

La previa fue ruda. Ruda porque, de a poco, nos fuimos dando cuenta de lo que íbamos a perdernos. De a poco ella se fue dando cuenta que la había cagado. De a poco me fui dando cuenta de que la había cagado. Para ambos fue ruda, supongo.

Llegar al estadio fue extraño. Fue extraño porque sabía que faltaba algo. Fue extraño porque sabía que podría haber hecho más para estar completo. Fue extraño porque ella se fue emocionando a medida que avanzaba la hora. Y fue extraño porque ella sabía que no debía estar haciendo llamadas perdidas, sabía que estaba en el lugar equivocado, que su puesto era en otro lado, en la precordillera, sudando, con polvo y el pelo mojado a la rápida con agua mineral, aunque no le gustara. Fue extraño para ambos, supongo.

Black” fue triste. Fue triste porque es un gran tema para abrazar, y no tenía qué abrazar. Fue triste porque lo escuchamos a medias juntos por celular, y descubrí que la conectividad no es total. Fue triste porque ella hubiera dado lo que fuera por oír a la banda en la radio, y descubrió que la conectividad, después de todo, no era total. Fue triste para ambos, supongo.
Yellow Ledbetter” fue increíble. Increíble porque los errores ya los habíamos cometido, la rudeza ya la habíamos tragado, la extrañeza ya la habíamos asimilado y la tristeza estaba superada. Era hora de disfrutar, la conectividad parcial importaba un pepino, porque los minutos se multiplicaban como peces y panes, porque ambos escuchábamos al unísono las inmortales “Can you see them out on the porch but they don’t wave”, mientras pensábamos que estamos juntos, que escuchamos juntos. Que vivimos juntos. Que nos equivocamos juntos, que sufrimos juntos, y que lloramos juntos. Y decidimos sorprendernos juntos. Fue increíble para ambos. Y eso lo sé.

6 Comments:

At 11:16 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pucha que lata y que pena que no estuvieron juntos...

 
At 12:49 a. m., Anonymous Anónimo said...

Claro que sí, estar en un concierto como ese con la persona especial es lo ideal, sobre todo si a ambos les gusta el grupo en cuestión. En mi caso tb fue solo, pero sé que a ella tb le hubiera gustado estar allí, sobre todo en momentos iluminados de buena música. Esos momentos, que son únicos, deberían siempre compartirse con ese alguien especial. Bienaventurados quienes lo vivieron así, pero U2 sí que será así. I promess...

 
At 1:22 a. m., Anonymous Anónimo said...

agradezcan que por lo menos se acuerdan de alguien estando ahi...

 
At 5:28 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es verdad que deberiamos haber estado juntos, pero no importa, aun nos quedan muuuuuchos momentos maravillosos para vivir juntos

 
At 5:28 p. m., Blogger Dalbrecht78 said...

lo se amor. No se preocupe. Veremos treintaveces aPearl Jam en vivo. Y lo escucharemos en el CD que baje!!! lalalala !!! con mi caratula filete que me hice!!! lalalala

Te amo mucho.

 
At 10:56 p. m., Anonymous Anónimo said...

Lo sé, yo igual te amo mucho

 

Publicar un comentario

<< Home