sábado, noviembre 05, 2005

Crónica del 1900

Hace 100 años
SOMBREROS. Han vuelto a aparecer en el Teatro Municipal damas con grandes sombreros. Se pide hacer valer la prohibición municipal en tal sentido.
- EL Mercurio, 4 de noviembre 2005, Cuerpo A, Pág. 2













Ella se sentía sexy. Tras dos horas de desenfrenado sexo con el servicio, específicamente con los dos jóvenes que cuidaban las caballerizas, doña Englantina Eyzaguirre Risamonti quería seguir con la juerga mental. Claro, ya llevaba dos meses engañando a su reputado esposo, balmacedista senador de la República, y necesitaba variar su rutina. Pero como mujer del caballero, no podía subirse a un caballo desnuda y recorrer la Plaza de Armas (aunque bajo José, sobre Pedro, rodeada de heno y relinchidos, durante una noche muy iluminada en todo sentido, la idea se le cruzó por la cabeza y entre las piernas).

Las fantasías solían llegar solas, junto a las ideas de revolución personal. Tomaba brandy a escondidas, la señora Eyzaguirre. Fumaba cigarrillos tras las sesiones hípicas nocturnas, la señora Eyzaguirre. Pero nunca se le habría ocurrido violar la ley (no de manera pública, claro está). Menos cuando conversó sobre cuanto echaba de menos los grandes sobreros durante la misa del domingo, ya que tras recibir las miradas de horror por parte de sus católicas amigas conservadoras, con las que sólo tenía en común la tendencia política de sus maridos, recordó que la policía los había prohibido en instancias sociales.

Pero doña Englantina compartía con otras damas, muchas de ellas algo más liberales, al punto en que se manifestaban con los grandes sobreros en ciertas ocasiones sociales, aunque todas de manera privada, ya sea en el británico té de las cinco o durante los juegos de canasta, donde las más osadas hablaban del tabaco indio que el navío trajo hace dos meses (situación que nuestra reputada señora envidiaba con placer, puesto que sus experiencias tabacaleras se limitaban a los productos que José producía de manera personal en la hacienda donde trabajaba su padre, aunque nunca se quejó, pues su interés, más que un cigarrillo, era el puro de José).

Así nació la idea de ir a la presentación de “Hamlet” en el Teatro Municipal con el sombrero más grande que podría encontrar. El problema comenzó cuando, tras emanar ideas potrilleras con el sobrero en su cabeza, y luego de ver pasar a Pedro con el azabache rocín de su respetado esposo, decidió acudir a los establos a “disfrutar del majestuoso espectáculo que ofrecen los caballos al correr”, como solía decir a su marido al notar su ausencia.

El problema es que la reunión política que el Senador organizaba todos los jueves se acortó, situación indirectamente proporcional al ímpetu de Pedro y José, por lo que la reputada dama debió salir corriendo, dejando su enorme sombrero sobre el jamelgo de su esposo. Pero se sentía sexy, y esto se transformó en la menor de sus preocupaciones.

Cuando salían de su palacete camino al Teatro, el acertado José tuvo la brillante idea de entregarle el sombrero a la señora cuando estaba en la carroza, el que “había dejado olvidado en el foyer”. Bien merecidos tuvo los 100 latigazos postreros, ya que olvidó retirar la paja (heno) presente en las plumas, revelando a gritos el secreto a voces que el servicio conocía, y que el Senador hacía caso omiso.

Para consuelo de todo el mundo social, nadie echó mucho de menos a Englantina Eyzaguirre Risamonti esa noche en el teatro. “Se enfermó de manera fulminante” repetía el Senador entre escenas. “Quizás no encontraba el sombrero apropiado” cuchicheaban las señoras de alcurnia. “200 merecía el desgraciado”, dijo Englantina más tarde, antes de morir por intoxicación digestiva. “Igual estaba buena la iñora”, decía José, entre risotadas, con Pedro, mientras sanaba las heridas de su espalda consumiendo vino por la garganta.

3 Comments:

At 4:35 p. m., Blogger Niko Rojas said...

buen relato. pero como estamos aqui para hacer "pataletas" mejor digo que es malo.
deberias cambiar eso de las pataletas, por que contrario a tu modo de ver las cosas... no todo son "pataletas" en la vida.

 
At 9:59 p. m., Blogger Dalbrecht78 said...

lo hare...tienes razon

 
At 3:09 a. m., Blogger MaGaStYLe said...

::::jajaja...en Temuco son Lunes del diputado García, Martes de la alcaldesa de Padre las Casas, miercoles del Alcalde, jueves del Intendente y viernes de los diputados:::


saludos

Lau

 

Publicar un comentario

<< Home